
domingo, 10 de agosto de 2014
sábado, 9 de agosto de 2014
¡Miremos hacia el horizonte...!
¡Miremos hacia el horizonte...!
*- Alejandro A. Artigas
Núñez
Han transcurrido muchos días,
semanas y meses; ha corrido mucha agua debajo de ese puente, pudiéramos decir,
son muchas las expectativas que surgen al ver que muchas cosas no mejoran, mas
bien empeoran. De allí el no poder evitar escuchar muchas voces muy negativas y
quizás pensando en que eso es lo que se ve a primera vista. Sin embargo no
pretendemos pasar inadvertidas las realidades que acontecen en la actualidad,
pero soy de los que creen que trabajando en equipo sí se pude mejorar. No
perdamos la fe y la esperanza. Con optimismo creo que lo mejor está por venir,
aunque tengamos que luchar más duro.
Debemos
mirar hacia el horizonte, donde está la esperanza, el progreso y el desarrollo
de todo mortal. Es allí donde el futuro se presenta como nuestro, por lo tanto
debemos poseerlo, atraparlo, hacerlo parte de nosotros… y para ello debemos
avanzar hacia el horizonte; rodeándonos de cosas positivas, que nos ayudarán a
alcanzar las nuestras propuestas para este tiempo.
¿Y de quién va a depender todo
esto?, ¿Del gobierno?, ¿Del Presidente?, ¿Del Ministro X?, ¿De la lotería?...
No, absolutamente no, de ninguno de los anteriormente mencionados va a depender
el éxito. Este va a depender de nosotros mismos. Sí, así como lo está leyendo.
Es cierto que hay situaciones muy, muy difíciles, algo complicadas, quizás muy
complicadas, pero que pueden ser solucionadas cuando nos lo proponemos, y por
supuesto con la ayuda de Dios, en primer lugar, y luego con el empeño que cada
uno le ponga. Hoy quiero decirte que este puede ser tu tiempo de progreso y
bendición.
Empecemos por reconocer que todo
está en las manos de Dios, y que Él quiere bendecirnos con el Éxito, porque
para eso fuimos creados, para ser exitosos. En el Evangelio de San Mateo,
Capítulo 6, versículo 33 podemos leer: “Más buscad primeramente el Reino de
Dios y Su Justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura”. Cuando le damos el
primer lugar a Dios, reconociendo que todo viene y depende de Él, todo lo demás
es más llevadero. Cuando nos ocupamos de los negocios del Señor, el Señor se
ocupa de nuestros negocios.
Vamos, animémonos a mejorar y a
aportar de lo mejor que hemos sido dotados para avanzar y alcanzar el progreso,
el futuro, el éxito. Todo está en nuestras manos y depende de nosotros.
Simplemente atrevámonos a intentarlo… Adelante… Sí se puede… y con la ayuda
incondicional de Dios, más aún… Hasta una próxima oportunidad si Dios quiere.
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