martes, 8 de julio de 2014

Crecemos cuando Educamos


Dialogando en Familia
Crecemos cuando educamos
*- Alejandro A. Artigas Núñez

            Se nos decía, en tiempo de nuestros padres, que la educación es la mejor herencia que pueden dejarnos nuestros padres. Que máxima de reflexión más cierta e importante, no sólo en estos días, sino que continúa siendo una gran verdad del tamaño del Tierra. Cada vez más la influencia, la buena influencia, de nuestros progenitores, se hace necesario. En este tiempo tan exigente es propicia la oportunidad para recordar y poner en práctica todo lo enseñado por nuestros maestros, y por nuestros padres. Esos valores de familia que sólo se nos enseñan en nuestra familia, en nuestra casa.
Es bueno reflexionar que educarnos no es solamente cuando vamos a la escuela, liceo o universidad, es aprender a cómo debemos llevarnos o conducirnos en la vida. Esto lo decimos, que por razones, que en este instante no vamos a discutir, muchas personas no pueden o no tienen la oportunidad de acceder al sistema educativo formal que nos presenta el Estado Nacional. Pero hoy en este tiempo la realidad es otra, ya que sobran las oportunidades para formarse académicamente, y les animamos para que tome en cuenta estas oportunidades y las aproveche. Recuerde que para mañana puede ser tarde.
            En la medida que sigue transcurriendo el tiempo se presentan muchas oportunidades de poder capacitarse académicamente en una profesión universitaria o de perfeccionarnos en un oficio definido, de tecnificarnos, y en donde nos ganaríamos la vida de una manera más cómoda. Pero supongamos que realmente, muchos no pueden, por cualquier razón que no va al caso, continuar sus estudios, aun así no es escusa para no comportarse como un ciudadano ejemplar, debido a que la formación principal debe venir de casa, de mi familia.
            El hecho de ser educador no significa que todo lo sabemos, más sin embargo existen las herramientas, tecnológicas y otras, para actualizarnos constantemente, de allí nuestro deber de educar bien. Para nadie es un secreto que el educar en asunto de vocación, de lo contrario no podemos enseñar lo que no nos gusta, lo que no nos apasiona, la educación no es cuestión de lucro, sino de vocación.
            No es mi intención hacer una diatriba de lo que es ser educador, pero sí es mi deseo el que podamos reflexionar, a todos a los que Dios nos dio el honroso privilegio de formar multitudes para el engrandecimiento de una Nación, y de la comunidad donde nos desempeñamos, que impartamos no sólo lo académico, sino también los valores y principios que se han perdido y que tanta falta nos hacen.
            El docente crece cuando educa, cuando enseña, integralmente, a todos sus estudiantes que pasan por sus aulas. Es cierto que somos seres humanos, más sin embargo, donde quiera que nos confrontamos seguimos siendo el maestro o profesor, y como tal debemos seguir comportándonos. Recordemos que no sólo formamos en la escuela, también lo hacemos en la comunidad, y donde quiera que estemos. Claro, en estos lugares no llevamos un pizarrón ni tampoco los marcadores, o antiguamente la tiza; pero con nuestro ejemplo y nuestras acciones también estamos educando, enseñando, construyendo. De allí mi intención de que con esta breve reflexión podamos mejorar cada día más, poniendo todo nuestro empeño como educadores. De más está recordarles que esto no quiere decir que no tengamos vida privada, claro que sí, pero sin dejar de ser educadores…
            Cuando recorremos las calles siempre nos conseguimos con antiguos estudiantes, con quienes tuvimos la oportunidad de compartir la enseñanza, y nos siguen llamando maestro o profesor, y es muy satisfactorio cuando escuchamos de ellos sus recuerdos cuando los formábamos en las instituciones donde laboramos y ellos estudiaron, cuando nos informan de sus avances académicos y profesionales. Ahora imaginemos lo satisfactorio que es cuando nuestros estudiantes ya pasan a ser profesionales, e inclusos colegas en nuestras profesiones. Entonces sí se puede crecer cuando educamos. Hasta una próxima oportunidad si Dios quiere.


Articulo de opinión publicado en el Diario LA NOTICIA, el día Jueves, 29 de Mayo de 2014

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