sábado, 12 de julio de 2014

Los hijos, riqueza familiar


Dialogando en Familia
Los hijos, riqueza familiar
*- Alejandro A. ArtigasNúñez

           
            No podemos iniciar este breve diálogo, sin antes recordar al poeta Andrés Eloy Blanco cuando decía: “Quien tiene un hijo, tiene todos los hijos del mundo”; aquí podemos sentir como muy adentro de su corazón nos inculcaba no sólo el amor por nuestros propios hijos sino también por los niños que no parecen “tener padres” y a diario vemos deambular por nuestras preciadas calles.
            El tesoro más grande con el que contamos como seres humanos es el de poder ser padres, gracias a la Misericordia y Gracia de Dios tenemos hijos, y nos alegramos cuando ellos nos llaman papá; pero hasta dónde somos merecedores de tan grande galardón. Ser papá o mamá no es solamente engendrarlo sino hacer gala de levantarlos, criarlos y darles el calor de padres que nuestros hijos necesitan.
            Cuesta creer, pero en muchas oportunidades oímos de personas decir “es un error tener hijos”, otros dicen que “sin hijos son más libres”, otros dicen “no los aguanto”, en fin son muchas las frases que decimos en contra de los hijos, sin embargo al momento de estar “disfrutando” con personas del sexo opuesto no se acuerdan de la gran responsabilidad de traer hijos al mundo. Demás está decir que ellos no pidieron venir al mundo. Ellos son nuestra imagen, nuestra referencia de vida, incluso me atrevo a decir son nuestro progreso, a ello nos debemos hasta tanto puedan organizar sus propios hogares; y aún ya organizados vivimos pendientes de ellos.
            La Palabra de Dios, en la versión Latinoamericana nos dice en el Salmo 127:3 y 4 que: “Son los hijos regalos del Señor y el fruto del vientre, premio suyo, como flechas en manos del guerrero son los hijos tenidos en la juventud”, aquí podemos observar que nuestros hijos son un regalo de Dios, un regalo del Cielo,por tanto debemos sentirnos privilegiados al tenerlos, pero no sólo tenerlos,sino sostenerlos, educarlos en la moral y las buenas costumbres.
            Nuestros hijos son la copia al carbón de nuestra manera de ser, de actuar, y hasta de pensar; no podemos entender el, porqué muchos se quejan y casi maldicen por los hijos que tienen. Es nuestra responsabilidad el velar por ellos, es en nuestros hombros donde descansa la responsabilidad de formarlos y darles ejemplos, de allí la imperiosa necesidad de buscar un tiempo especial, diariamente, para compartir con ellos.
            Muchas veces podemos pensar y hasta decir: “es que necesito trabajar mucho para que amis hijos no les falte nada”, sin embargo podríamos preguntarnos a qué precio estamos quitándole a nuestros hijos el tiempo que a ellos les pertenece, tiempo que es más valioso que el tiempo que gasto en otras cosas. Nuestros hijos buscarán en otros el tiempo que en nosotros no encuentran, resultando que otros jamás podrán aconsejarles y orientarles como lo debiéramos hacer los padres de éstos.
Mañana puede ser tarde y estamos a tiempo de reflexionar y buscar un espacio especial para compartir y disfrutar con nuestros hijos, hoy es el día, mañana puede ser tarde. Vamos a instruirlos en el bien, para que cuando crezcan no de aparten de éste. El sabio Salomón nos lo recuerda en el libro de Proverbios capítulo 26:3“enseña al niño el camino que debe seguir, no se apartará de él mientras viva”,también de la versión Latinoamericana.
             Es muy fácil relegarle la responsabilidad a otros o simplemente evadirla y después queremos reclamarles, a nuestros hijos, que somos sus padres y deben respetarnos. Recuerde que eso se gana. Ellos sacarán sus propias conclusiones y cuando queramos corregir será demasiado tarde. Nuestros hijos imitarán mañana todo lo que ven y hacemos nosotros, somos espejos donde ellos se reflejan,seamos espejos ejemplares. Ser padres no es hacer hijos, ser padres es estar atentos, cuidándoles, sin que nada les falte, sobre todo amor y calor de padres. No dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy. Hasta una próxima oportunidad si Dios quiere.

Artículo de Opinión publicado en el Diario LA NOTICIA de Barinas - Venezuela, el 30 de Enero de 2014, en la página 6.

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