Dialogando en Familia
Los jóvenes y su manera de
pensar hoy…
*.- Alejandro A. Artigas
Núñez
La juventud, nuestros muchachos,
ellos son la generación de relevo, quienes van a ocupar o deben ocupar los
lugares de liderazgo en nuestra comunidad, municipio, estado o nación,
incluyendo aquellas posiciones a las que, nosotros, no tuvimos acceso; a ellos
se les delegará la responsabilidad de llevar este grandioso país a buen destino,
a un buen puerto, en donde todos podamos, por lo menos, satisfacer nuestras
necesidades primarias, para seguir construyendo esta patria bonita, la que
Bolívar soñó, esa patria de todos nosotros también. Sin embargo hoy en día
nuestros muchachos quieren o ven la vida muy diferente a nosotros, los adultos;
quizá por razones de edad o de madurez, pero no podemos evitar comentar que ven
las cosas muy deportivamente, pareciera no importarles lo que sucede a su
alrededor, no avizoran el peligro, y hasta el futuro que se nos presenta, que por
cierto no muy halagador.
No queremos ofender o causar
malestar, nuestra intención es recomendar, lo que la vida misma nos ha
enseñado. Ellos, los jóvenes, no quieren escuchar pero sin embargo insistimos
en que escuchen. En un artículo del licenciado Edgardo Blom Salas que fue
reflejado el día 25 de abril en la revista Fascinación del Diario 2001 en el
año 2008, en la página 23 denominado “Petición de Dios por los jóvenes” nos
topamos con una información que posteriormente recopilamos y queremos dejar para ustedes, jóvenes, para que
reflexión:
“Señor: Hoy no traigo mi problema,
sino un problema de todos: ¡La Juventud! No saben hacer, con los fallos de su
conducta, aciertos para su vida. No sacar, con todas las herramientas que
tienen a mano, el fruto que se necesita. No saben qué camino tomar, ni como
recorrer el que han elegido. No saben que hacer con el peso de la pasión, un
ancla muy fuerte para sus años y desembocan en un remolino. No saben caminar
por el centro. Se van con facilidad a los extremos, y se pierden indefensos. No
saben que el mal no está en lo que hagan, sino en el rencor que se les enreda
dentro. No saben que ese tiempo tan largo del que disponen, se va como el
viento. No saben que la vida no es diversión, es “un cometido”. Que los años no
son desperdicios, “son frutos”. Que el amor no es un juego, es “una raíz”. Y el
dolor no es una rebeldía, es “un aprendizaje”. No saben que la imagen es “el
ejemplo”, la permanencia es “la obra” y la emoción es “la sensibilidad”. Pero
el sostén de la vida y la sabiduría para conducirla, están en “tus verdades, en
tu corazón, en tu evangelio”. No saben que la transparencia se hace a través de
hechos y del alma. No saben que la vida no es un vacío. “Hay que llenarla de
Dios, que es amor. No saben que la fe no es una misa: “Es una forma de vida”.
No saben que la compañía no la necesita el que es aplaudido, sino el que
fracasa. No saben que el amor, es “un oficio universal”, donde se incluyen
hasta los enemigos. No saben que el camino, es una montaña difícil de subir,
donde se cae muchas veces, pero no se puede desistir. No saben contener la
impaciencia y se lanzan sin reflexionar. No pueden resistir la curiosidad y se
asoman a los peores abismos. No saben que la vida se bebe a sorbos y en su afán
de probar, “la vida se los bebe a ellos”. Quieren ser lo que no son, anhelan lo
que no saben, y sueñan lo que no conocen. Andan por todas partes, sin saber
muchas cosas. Por eso vengo a pedirte ¡Oh Señor! Que los sigas al andar, los
enfoques con Tu luz y los abraces, como si fueras una malla para protegerlos, y
un corazón para seguirlos y calentarlos. Contempla a la juventud, desde el
corazón del mundo. Recoge, Señor, esta oración y pon en ella Tu mirada. Con
amor y bendiciones”.
Rogamos a Dios que nuestros jóvenes
reflexiones y se detengan a ver lo hermoso de la vida y no a buscar la
facilidad de la vida, lo que no requiere sacrificio, pero que los puede llevar
por el camino más corto. Es necesario que se preparen y capaciten cada día para
enfrentar, con madurez, las exigencias de la vida. A nuestros jóvenes se les
olvida que no que nada nos cuesta lo hacemos fiesta, nadie sabe lo que tiene
hasta que los pierde. Recuerden jóvenes que ustedes cuentan con dos recursos
naturales no renovables: El tiempo y la juventud; de allí que debemos saber
aprovecharlos, porque ya mañana no los tendremos y añoraremos tenerlos, y será
demasiado tarde. Reflexionemos en este momento, que todavía tenemos tiempo. Hasta
una próxima oportunidad si Dios quiere.
Artículo de opinión publicado en el Diario LA NOTICIA de Barinas en la página 6 del día jueves 6 de febrero de 2014
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