miércoles, 9 de julio de 2014

Los jóvenes y su manera de pensar hoy…

Dialogando en Familia
Los jóvenes y su manera de pensar hoy…
*.- Alejandro A. Artigas Núñez

            La juventud, nuestros muchachos, ellos son la generación de relevo, quienes van a ocupar o deben ocupar los lugares de liderazgo en nuestra comunidad, municipio, estado o nación, incluyendo aquellas posiciones a las que, nosotros, no tuvimos acceso; a ellos se les delegará la responsabilidad de llevar este grandioso país a buen destino, a un buen puerto, en donde todos podamos, por lo menos, satisfacer nuestras necesidades primarias, para seguir construyendo esta patria bonita, la que Bolívar soñó, esa patria de todos nosotros también. Sin embargo hoy en día nuestros muchachos quieren o ven la vida muy diferente a nosotros, los adultos; quizá por razones de edad o de madurez, pero no podemos evitar comentar que ven las cosas muy deportivamente, pareciera no importarles lo que sucede a su alrededor, no avizoran el peligro, y hasta el futuro que se nos presenta, que por cierto no muy halagador.
            No queremos ofender o causar malestar, nuestra intención es recomendar, lo que la vida misma nos ha enseñado. Ellos, los jóvenes, no quieren escuchar pero sin embargo insistimos en que escuchen. En un artículo del licenciado Edgardo Blom Salas que fue reflejado el día 25 de abril en la revista Fascinación del Diario 2001 en el año 2008, en la página 23 denominado “Petición de Dios por los jóvenes” nos topamos con una información que posteriormente recopilamos y queremos  dejar para ustedes, jóvenes, para que reflexión:
            “Señor: Hoy no traigo mi problema, sino un problema de todos: ¡La Juventud! No saben hacer, con los fallos de su conducta, aciertos para su vida. No sacar, con todas las herramientas que tienen a mano, el fruto que se necesita. No saben qué camino tomar, ni como recorrer el que han elegido. No saben que hacer con el peso de la pasión, un ancla muy fuerte para sus años y desembocan en un remolino. No saben caminar por el centro. Se van con facilidad a los extremos, y se pierden indefensos. No saben que el mal no está en lo que hagan, sino en el rencor que se les enreda dentro. No saben que ese tiempo tan largo del que disponen, se va como el viento. No saben que la vida no es diversión, es “un cometido”. Que los años no son desperdicios, “son frutos”. Que el amor no es un juego, es “una raíz”. Y el dolor no es una rebeldía, es “un aprendizaje”. No saben que la imagen es “el ejemplo”, la permanencia es “la obra” y la emoción es “la sensibilidad”. Pero el sostén de la vida y la sabiduría para conducirla, están en “tus verdades, en tu corazón, en tu evangelio”. No saben que la transparencia se hace a través de hechos y del alma. No saben que la vida no es un vacío. “Hay que llenarla de Dios, que es amor. No saben que la fe no es una misa: “Es una forma de vida”. No saben que la compañía no la necesita el que es aplaudido, sino el que fracasa. No saben que el amor, es “un oficio universal”, donde se incluyen hasta los enemigos. No saben que el camino, es una montaña difícil de subir, donde se cae muchas veces, pero no se puede desistir. No saben contener la impaciencia y se lanzan sin reflexionar. No pueden resistir la curiosidad y se asoman a los peores abismos. No saben que la vida se bebe a sorbos y en su afán de probar, “la vida se los bebe a ellos”. Quieren ser lo que no son, anhelan lo que no saben, y sueñan lo que no conocen. Andan por todas partes, sin saber muchas cosas. Por eso vengo a pedirte ¡Oh Señor! Que los sigas al andar, los enfoques con Tu luz y los abraces, como si fueras una malla para protegerlos, y un corazón para seguirlos y calentarlos. Contempla a la juventud, desde el corazón del mundo. Recoge, Señor, esta oración y pon en ella Tu mirada. Con amor y bendiciones”.

            Rogamos a Dios que nuestros jóvenes reflexiones y se detengan a ver lo hermoso de la vida y no a buscar la facilidad de la vida, lo que no requiere sacrificio, pero que los puede llevar por el camino más corto. Es necesario que se preparen y capaciten cada día para enfrentar, con madurez, las exigencias de la vida. A nuestros jóvenes se les olvida que no que nada nos cuesta lo hacemos fiesta, nadie sabe lo que tiene hasta que los pierde. Recuerden jóvenes que ustedes cuentan con dos recursos naturales no renovables: El tiempo y la juventud; de allí que debemos saber aprovecharlos, porque ya mañana no los tendremos y añoraremos tenerlos, y será demasiado tarde. Reflexionemos en este momento, que todavía tenemos tiempo. Hasta una próxima oportunidad si Dios quiere.

Artículo de opinión publicado en el Diario LA NOTICIA de Barinas en la página 6 del día jueves 6 de febrero de 2014

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